viernes, 31 de enero de 2014

De hologramas y amistad

Siempre he defendido a capa y espada que en este mundo cibernético, al margen de sexo virtual, pajillas más o menos visualizadas, azotes teledirigidos, participaciones en foros, hologramas de personas a las que nunca llegamos a conocer en profundidad, incluso ataques encubiertos tras el anonimato que nos ofrece internet, también puede encontrarse, y de hecho se encuentra, ese bien tan preciado y poco común que definimos como un Amigo. 


Son pocas pero sí algunas las ocasiones en las que he tenido la fortuna de poderlo comprobar. Relaciones humanas en las que, sin darme apenas cuenta, he ido tejiendo un hilo conductor con otra persona que se encontraba a cientos de kilómetros de distancia, y día a día, charla a charla, discusión a discusión y risa a risa, hemos creado juntos esa magia, ese feeling, esa conexión de almas sin cuerpo que acaba convirtiéndose de una forma absolutamente natural en Amistad.



No obstante a tener la certeza de ello, no he admitido ese nivel de relación (el de Amistad, digo) hasta que he compartido con esa determinada persona un café (o muchos), una botella de buen vino o simplemente una charla mirándonos a los ojos, tocándolos, oliéndonos, escuchando una voz que nunca tiene que ver con la que imaginé para aquel rostro del que una vez vi una fotografía...



Pero bueno, ya dicen los sabios que para todo hay siempre una primera vez, y por fin ha llegado el momento de demostrarme a mí misma que no es necesario llegar a ese último escalón para sentir a alguien como un Amigo. Hoy por hoy puedo decir que lo tengo sin haber escuchado su voz, sin haberle mirado a los ojos y sin haber brindado con esos cubatas que tantas noches de sábado hemos compartido cada uno en su casa y que nos han llevado a algunos de los momentos más surrealistas y conversaciones más delirantes que he vivido en los últimos tiempos.



En estos días, ese hombre al que considero mi Amigo (no desde hoy, sino desde mucho tiempo atrás, cuando empezamos a caminar juntos por tortuosos senderos repletos de piedras que nos creíamos capaces de destruir) ese Caballero, digo, se despide de mi mundo cibernético, que no de mi mundo real para mi gran fortuna (y su gran desgracia). Por ese motivo le he dedicado un pequeño homenaje a modo de despedida, eso sí, a mi habitual manera dramática y trascendental (conste que la idea primaria era hacerlo en tono de humor) en ese pequeñito espacio que me da facebook, lugar en el que nos conocimos... homenaje que, porque El es así y tiene siempre que quedarse encima, ha respondido... iba a decir en el mismo tono pero no, ha respondido en la forma que sólo El sabe expresarse, diciendo con muchas menos palabras que yo, mucho más de lo que yo he dicho pero exactamente lo que yo misma quería decir y seguramente no he sido capaz de hacer. El caso es que me apetece conservar sus palabras, esas que me guardo directamente bajo mi pecho izquierdo (a El le he dicho teta, lo admito), en este otro rincón tan mío, y como soy así de pretenciosa, pondré aquí también mi homenaje, principalmente para que no se lleve todos los aplausos.



Va por usted, Ministro. Gracias por apreciarme como soy, sobretodo cuando más lo necesito que, como suele ocurrir, es cuando menos lo merezco.



Hoy Anastasia no sonríe. Decía la canción "algo se muere en el alma cuando un amigo se va". Hoy tengo el alma tristona porque se va alguien a quien aprecio. Alguien que me ha hecho pasar buenos y también malos momentos, que me ha hecho reir, que me ha hecho rabiar, que me ha hecho emocionarme. Me ha hecho enfadar, reflexionar, aprender, pensar pero siempre reaccionar. Que me ha dado consejos que no he seguido y otros que he intentado seguir, que me ha enseñado a ser crítica, a mirar las cosas desde otra perspectiva. Se va alguien con quien no siempre he estado de acuerdo pero que siempre me ha respetado, debatiendo nuestras discordancias con clase, educación, tolerancia, buen humor y ese cinismo que le caracteriza y que me hace tanta gracia siempre que no lo use conmigo. Dulce Mente se marcha, creyendo que su cruzada ha sido inútil y sus intentos de abrir mentes infructuosos... Y una vez más no estoy de acuerdo con el, pienso sinceramente que (a mi al menos, sin ninguna duda) nos ha aportado mas de lo que cree pero eso, como tantas otras cosas, ahora ya no importa... No, hoy no soy capaz de sonreir, ni siquiera he sido capaz de escribir esta despedida en el tono de humor que pretendía. Será que ya empieza a influirme su ausencia tanto como me influyó su presencia, será que ya le echo de menos...




Sin duda esta es una de las muestras de afecto más hermosas que me han dedicado y tenía que venir, por supuesto, de la persona más capaz, noble, inteligente, cachonda, valiente y solidaria que me he encontrado por aquí, de la persona a la que más íntimamente ligado me he sentido en este viaje, de la que más he aprendido, de la compañera dispuesta a renunciar a los halagos por dedicarme diariamente una sonrisa, de la que a pesar de las muchas veces que la he fallado, nunca ha dudado en saltar al ruedo a arroparme sin importarle lo más mínimo el número o el tamaño del adversario, de la que ha estado ahí cuando me he derrumbado, de la que más me ha hecho reír y más me ha cabreado. Esta emotiva muestra de afecto solo la podía venir de una gran mujer, de una señora, de una diosa... de una cabrona, de la más cabrona de las cabronas, es decir, de Anastasia, MI AMIGA.

Señora, me voy, me voy de los grupos, me voy del bdsm, me voy de ese mundo que (usted y yo sabemos) no siento como mío. Me voy porque después de haber visto y leído todo lo que he visto y leído, me he dado cuenta de que lo que yo pienso y siento sobre esto es muy distinto, tan distinto que no es lo mismo. Eso es todo. Sabe que no soy de normas y protocolos, de amos (la minúscula es intencionada) y sumisas, de esclavas y castigos, de fustas, de barones, de condes y teatrillos. Sabe que nada de esto necesito. Que soy más de juegos, de sensualidades, de guiños, de personas, de morbo, de lametones y mordiscos...Señora, me voy, pero sepa usted, cabrona, que siempre podrá contar conmigo, porque este Dulce tan ácido y cínico, es su AMIGO.Y no me haga de esto un drama... que sigo vivo.Un millón de gracias y su MORDISCO.

Anastasia&Dulce Mente ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario