Pertenezco a aquél que me cuida todo el tiempo, a aquél que me empuja, me apoya y me levanta sin desfallecer, sin pedir explicaciones, sin dar órdenes, sin mandarme callar, llevándome a compartir con El todo lo que sale de mí, lo bueno y más aún lo malo.
Mi Señor es aquél que me hace sonreir y reir a carcajadas. Aquél que me valora como un tesoro, que me desea a todas horas y no teme demostrarlo ni gritar lo orgulloso que está de mí. Aquél que me lleva de la mano y se molesta en conocerme cada día un poco más, que me regala sus conocimientos, su fuerza, su impulso y su alegría.
Mi Amo es aquél que nunca provoca mi llanto, mi dolor, mi frustración. Es aquél que anula mis fantasmas, destruye mis temores, rompe mis tabúes y lucha a mi lado contra mis demonios. Aquél que me obliga a levantar la cabeza y a mirarle a los ojos.
Mi Dueño es aquél que merece serlo.
Anastasia ©
Pertenezco a quien ganó mi respeto y admiración. A quien me supo mostrar y guiar por los caminos oscuros. A quien me demostró mi naturaleza de entrega. Pertenezco en definitiva a quien me tomó y usó con determinación y me hace gozar con ello
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